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Una campaña electoral es como un partido de tenis: casi siempre gana el jugador que comete menos errores no forzados. Para eso, hay que prepararse bien, entrenar mucho, conocer las fortalezas propias y las debilidades del adversario, tener la mejor estrategia y mantenerla durante todo el juego. Y es justamente eso que ofrecemos a un candidato: una campaña profesional, una campaña competitiva, pensada y planeada para ganar. ¿Qué es lo más importante en una campaña electoral? ¡Todo! El diagnóstico inicial, la preparación del candidato, su discurso, los mensajes publicitarios, el trabajo en Redes Sociales, y en todo podemos ayudarlo.

La campaña es como una carrera de cien metros y el gobierno una maratón. Y una maratón con obstáculos. Más que nunca es necesario tener una gestión y una comunicación que caminen juntas, planeadas profesionalmente, con foco y prioridades claras. De lo contrario, el día a día de la gestión, los miles de pequeños problemas, van a consumir todas sus energías y al llegar al final del mandato usted va a preguntarse: ¿Dónde se fueron esos cuatro años? Nunca olvide que para reelegirse, es necesario convencer a la mayoría de los electores que su gobierno fue tan bueno que la mejor decisión es mantenerlo en él.

En la película “Gladiador” hay una escena donde el Emperador baja su dedo pulgar como señal que nuestro héroe -interpretado por Russell Crowe- debe ser muerto, lo que provoca un gran reclamo entre los asistentes para que su vida sea perdonada. Es tan enorme el clamor popular que el todopoderoso emperador se ve obligado, contra su voluntad, a cambiar su decisión. Ese es el verdadero poder de la opinión pública: teniéndola a favor, todo es más fácil. Y las encuestas son la mejor herramienta para conocerla. El diseño de encuestas, la realización de diagnósticos de imagen, es uno de los puntos fuertes de nuestra empresa. Y el punto de partida de un trabajo serio.

La publicidad, la comunicación, es la forma en que su estrategia conversa con las personas. No se trata sólo de crear comerciales bonitos con un buen texto y bellas imágenes, se trata además que esas imágenes y ese texto tengan un objetivo. Un jingle de campaña, por ejemplo, no es apenas una música pegadiza, es el discurso del candidato cantado y sus argumentos traducidos de forma emocional. Y sí, un jingle también tiene que ser pegadizo. Es esta combinación de contenido y forma lo que garantiza que una propaganda sea eficiente sin ser aburrida.