– Che, te nombran en el libro de Macri, ¿sabías?, me dice un amigo por Whatsapp.

 

A notícia me preocupa porque a autora do livro nunca me falou sobre isso, e isso é quase sempre um mau presságio. Enquanto me pergunto o que ela escreveu, meu amigo me envia uma foto do texto no qual Laura Di Marco relata parte da reunião que tive com o presidente - quando ele ainda era um candidato - no Jardim Botânico em Buenos Aires.

 

En esa época, yo todavía estaba procesando la bronca de perder la elección presidencial brasileña por 2% de los votos. Perder por tan poco es mucho peor que perder por goleada porque significa que podrías haber ganado y una derrota así te persigue durante años: ¿Dónde fallamos? ¿Qué haría diferente? ¿Qué podría haber hecho y no hice? Es verdad que la derrota enseña mucho, principalmente que ganar es mejor que perder. Estaba en esa autopsia de campaña cuando llegó la invitación para charlar con Macri: –Estamos preocupados con lo que pasó en Brasil. A Mauricio le gustaría conversar con vos. ¿Podés venir?

 

La posibilidad de que mi frustración tuviera alguna utilidad me llenó de entusiasmo. A reunião é no Botanico, não mais do que 20 minutos. Maurício gosta de reuniões curtas. Compré mi pasaje ese mismo día, hice la valija y embarqué para Buenos Aires. En el avión, un único pensamiento: ¿Qué puedo decirle que realmente ayude? En el taxi hacia el Botánico un único pensamiento: ¿Qué puedo decirle que realmente ayude?

 

Macri llegó con Marcos Peña. Se veía cansado. Acababa de volver de Tucumán donde Manzur, el candidato peronista, había ganado una elección plagada de irregularidades y denuncias de fraude. Macri se desplomó en la silla agotado, se disculpó por la demora de cinco minutos y dijo: -Muy bien, te escucho. Yo sentí que la disposición a oír del hombre sentado frente a mi era una forma de disciplina. Más aún, sentí que todo en él era alguna forma de disciplina. Que estaba allí, aún extenuado, porque era su deber estar allí.

 

–Me dijeron que querías saber cómo fue la campaña en Brasil y por qué Aécio perdió la elección, empecé. Eso se puede resumir en una frase: no se puede ganar una elección siendo apenas contra, anti, solo criticando y atacando al adversario, porque para ganar se necesitan también los votos de algunos electores que alguna vez votaron a tu adversario. Nosotros precisábamos los votos de gente que alguna vez votó a Lula o a Dilma, como vos vas a precisar el voto de personas que alguna vez votaron a Néstor o Cristina, personas que hoy quieren cambiar pero tienen miedo de perder lo poco que ganaron. Hay que ofrecer algo más, algo mejor.

 

Os olhos de Macri fixos em mim, azuis, cansados. Eu continuei: -É por isso que sua campanha não se parece com a campanha da Aécio. Sua campanha se parece muito com a de Lula em 2002, quando ele ganhou pela primeira vez. Los ojos de Macri despiertan: -¿Lula?, preguntó. -Sim, Lula. Em 2002, Lula era um candidato com uma imagem populista que precisava ser eleito presidente em um país com valores políticos conservadores. E você é um candidato com uma imagem conservadora que precisa ser eleito em um país com valores políticos populistas. É a mesma coisa, mas ao contrário. É como tentar encaixar uma peça quadrada em um círculo. Não importa o quanto você empurre, se você não passar as bordas, o quadrado não vai caber. A mudança gera esperança, mas também medo, resistência. E você é a mudança. O principal desafio é identificar esses medos e neutralizá-los.

 

Justo cuando sentía que el interés comenzaba a vencer al cansancio, el Macri del deber me interrumpió:Com licença, tenho que fazer uma ligação antes que eu esqueça. Ele conversa com alguém de sua equipe de planejamento do governo e lhe diz que passou por Córdoba a caminho de Tucumán, que há um projeto de trem urbano, que a idéia parece boa, mas ele quer saber se é tecnicamente viável, que investimento exigiria, prazos, se é a melhor opção, ele envia a equipe de trabalho para se conectar e ajudar com o projeto. Acho que é bastante raro encontrar um candidato preocupado se ele será capaz de cumprir uma promessa que ainda não tenha feito. É outro Macri. O Macri engenheiro. Desliga e o candidato Macri regressa.

 

Retomo com uma pergunta: -¿Cuáles son las críticas que Scioli te está haciendo? Macri: -Todas! Que eu sou o passado, o neoliberal, que queremos destruir o que foi feito e recomeçar tudo de novo, que vamos privatizar tudo. Eu: –Ahí está el gran miedo. Está usando el fantasma del 2001 para asustar a la gente. ¿Vos ya pensaste que muchos de los pibes de La Cámpora tenían 12 o 13 años en el 2001? Eran niños y vieron a sus padres perder todo, pelearse, llorar, hasta separarse por la crisis. Para esos chicos un gobierno autoritario como el actual es mejor que volver a vivir ese terror infantil que adjudican a los bancos y al neoliberalismo. Por eso la estrategia de Scioli es asociarte al 2001.

 

Otra pregunta: ¿En qué año creaste el Pro? Macri: – En el 2002. Eu: -Entonces vos no sos el culpable del 2001. Vos sos una respuesta al 2001, un producto del 2001 igual que esos chicos de La Cámpora. Eso es importante porque tu adversario no es Scioli ni Cristina, tu verdadero adversario es el miedo, el miedo al 2001. Derrotás el miedo y ganás la elección. Eso hizo Lula. Eso fue lo que no conseguimos hacer en la campaña de Aécio. Al decir eso, percibo que mi autopsia personal estaba concluida y ya sabía de qué había muerto mi campaña presidencial: de miedo.

 

A conversa no Jardim Botânico continuará até que os vinte minutos sejam quase duas horas e o homem Macri diz que precisa descansar um pouco. Ao seu lado, Marcos Peña continua administrando a campanha em seu telefone celular. Marcos Peña me faz pensar no Federer, capaz de jogar cinco sets e deixar a quadra sem suar. Dizemos adeus. Macri me agradece pela viagem. Desejo-lhe sorte.

 

Estoy volviendo al departamento pensando si habré dicho algo que ayude. Suena el teléfono. Es la misma persona que me invitó a la reunión. Le pregunto si Macri quedó satisfecho. La persona me responde: -Puede no parecerte un elogio pero lo es. Mauricio dijo: "Ei, o cara não disse nenhuma boludez".

 

Depois de 15 anos fora do país, me surpreendo com a versatilidade da palavra "boludez" e decido tomá-la como um elogio.

 

Dos meses después, en la segunda vuelta, Mauricio Macri enfrentaría y derrotaría la llamada campaña del miedo y se convertiría en el nuevo Presidente. El círculo del 2001 finalmente comenzaba a cerrarse y por primera vez un partido político creado en el siglo XXI gobernaría el país. Cambiemos acabó ganando por la misma diferencia que nosotros perdimos: 2%. Un aprendizaje final: respetar los números pequeños. Pueden definir los grandes cambios.